¿Cómo son los uruguayos? ¿Cuáles son las cosas malas de Uruguay? Seguro que hay cosas que no sabías de Uruguay. Me gusta hablar de cosas buenas, pero como alguno siempre anda diciendo que no soy imparcial, he podido también recopilar estas cosillas de Uruguay:
- La comida, gasolina y algunas cosas con impuestos indirectos son caras, muy caras. Bueno, podrás comprobar que recaudan con impuestos indirectos lo que otros países consiguen con los directos.
- Te será fácil encontrar a alguien que se queje, pues muchos uruguayos están diseñados desde pequeños para quejarse. Quizás se quejan de que hace mucho calor, quizás de que hace mucho frío, quizás de que el día está raro, quizás… ¡quejarse de algo!, eso les gusta a muchos (cuidado, no a todos).
- Las aceras (veredas) están hechas un desastre, por el simple y mero hecho de que cada vecino es quien tiene que cuidar de su pedacito. Es bien sabido que el latino mira más a su interés que al de la comunidad, y sólo se sabe de lo ridículos que somos hasta que se conoce algún sitio como Japón.
- Normalmente el uruguayo valora más el producto/servicio extranjero que el local.A muchos les encanta comprar cosas de otros países por el mero hecho de que son extranjeras (y más caros) que por existir en sí motivo racional. He comprobado mucho esa costumbre de menospreciarse, que obviamente les salvará siempre de caer en la arrogancia, pero que de forma práctica se antoja muy limitante.
- Los carros tirados por caballos, que desaparecieron en medio mundo, todavía se encuentran en Uruguay llevados por personas que retiran chatarra y basura. Lo cierto es que el Ministro de Salud de algún país se llevaría las manos a la cabeza, pero aquí todavía están permitidos.
- Te será difícil encontrar gente de color o asiáticos en ciertos barrios, por más mentalidad abierta que digan tener. No se mezclan, y hay que irse a algún barrio apartado para saber que sí… ¡aquí hay gente de todo tipo! La verdad es que no hay xenofobia alguna, pero sí algo de clasicismo.
- Al uruguayo no le gusta el fútbol, no, no, no le gusta… ¡le apasiona! Curiosamente un país tan pequeño ha ganado ya ¡dos mundiales de fútbol!, y te encontrarás que todo nacido en Uruguay se sabe mejor los años en los que ganaron los mundiales que los años de la dos guerras mundiales.
- En Uruguay no se domicilian las facturas… ¡se van a pagar cada mes a unos locales especiales! (Abitat, Red de Pagos, etc). Parece que por aquello de quejarse mucho… ¡no se fían de nadie!, y prefieren ser conscientes mes a mes de cada factura que pagan. Cansa un poco, pero por otro lado evitan muchos abusos que personalmente he visto hacer a ciertas multinacionales en otros países.
- En Uruguay las vacaciones no duran un mes… ¡duran tres!, porque la realidad es que enero, febrero y marzo son meses en los que se para casi todo. Personalmente me encanta que a la palabra vacaciones le digan “licencias”, porque parece realmente que se tiran meses y meses para sacar alguna licencia de algo. ¿Recuerdas cómo 007 tenía licencia para matar?, pues parece que el uruguayo tiene licencia para descansar.
- En Uruguay se come carne sí o sí. Si eres vegetariano a no poder más, me temo que no podrás disfrutar de un buen asado. Quitarle la carne a los uruguayos es tanto como intentar dejar a los chinos sin arroz… ¿para qué perder el tiempo?
Como todo en este mundo, esto te puede hacer la vida imposible, o ser simplemente aspectos a disfrutar en el día a día. ¿Cómo se solucionan todos estos problemas? Fácil, cambia de país. De madre o padre no se puede cambiar, al menos mientras no inventen la máquina del tiempo, ¿pero de país? ¡Es bien sencillo!
Aquí soy extranjero (mi hijo es uruguayo) y a mí Uruguay me parece un país de maravilloso. Hay que respetar que ciertas personas discrepen, como a Will Carless. que le leí en este artículo -8 reasons Uruguay’s not all that- relatando su estancia como si hubiera estado en la prisión de Guantánamo. Pero desde mi punto de vista ¡Uruguay es el mejor país! (ahora incluso lo reconoce The Economist como recordaba en esta entrada).
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