Desapegarse de todo no es tarea sencilla, ¿estás muy apegado a las cosas? ¿Se puede conseguir el desapego emocional? ¿Desapegarse de las cosas y las personas? ¿Es el desapego una buena cura para el estrés? ¿Realmente se puede practicar el desapego emocional y físico? Pienses desapego o "no-apego", cuesta darse cuenta… ¡pero vivimos apegados a infinidad de cosas! Cosas grandes o pequeñas, relaciones con amigos, envidias a enemigos, muchos tipos de creencias limitantes, normas obsoletas… ¡a cientos y cientos de cosas!
Algunos expertos te contarán "las leyes del desapego para la liberación emocional", los "puntos clave para practicar el desapego", o "los principios del desapego para nuestra salud emocional", o cualquier otra técnica o invento para conseguir el desapego emocional. Pero es algo más sencillo, y seguro te gustan estas reflexiones con los principales tipos de apegos:
Cuando hablamos de desapego, también expresado como "No-apego" o "falta de interés por una persona o cosa", comúnmente nos referimos al estado en el que consigues suprimir tu lazo de unión al deseo por las cosas, personas u objetos existentes. Para realizar cualquier desapego, el primer paso indispensable es el reconocimiento del apego.
¿Cómo surge el apego?
Se entiende es el apego como el aprecio o inclinación especial por algo o alguien. Pero una cuestión es el apego que se manifiesta desde bebés con nuestra madre y padre, que es un apego sano que viene desde un simple principio de protección. Y otra cosa son los apegos materiales, cada día más frecuentes, y que llegan a generar mucha toxicidad emocional si no somos conscientes de ellos.
A muchas personas les potencian el sentido de la propiedad desde pequeños. Primero se les genera el deseo de pertenencia de cosas que ni necesitan. La TV, tableta, o teléfono móvil (o celular) es especialista es hacernos comprar cosas que luego ni utilizamos. Si quieres piensa en las diez últimas cosas que has comprado y comprueba cuántas de ellas podrías haberte ahorrado. En los niños pequeños se puede observar con facilidad: “Mamá/Papá, ¡quiero ESO!, ¡quiero ESO!, ¡quiero ESO!”, y apuntan con el dedo a algún juguete que no saben ni qué funciones realiza, pero ya lo han visto en TV, Internet, o lo tiene algún amigo. Si fallan los padres, pasan a pedir a los tíos, abuelos, etc.
Este deseo de pertenencia tiene que verse satisfecho, y hasta ese momento, se repite constantemente en formato bucle el “quiero ESO!, ¡quiero ESO!, ¡quiero ESO!”. El propio sistema capitalista se encarga de generarnos una sensación de soledad si no se satisface el deseo, y muchos familiares acaban comprando cosas sólo por no saber atender correctamente a los pequeños.
Una vez con la posesión en la mano, toca su defensa. Ahora hay que hacer ver a todas las personas que, aunque sea una tontería lo que hayamos pedido, debe parecer que tiene el mayor valor del mundo. De otra forma, nuestras futuras peticiones en formato de bucle insoportable pueden no verse satisfechas. Pasamos al maravilloso estado de “ESTO ES MÍO”, en donde transformamos el sentimiento de cuidado por el de defensa. Nadie puede tocar lo que es nuestro, aunque se puede guardar en un rincón sin problemas. Me aburro de ver niños, muy maleducados, que no saben compartir los juguetes con sus hermanos. Siempre me preguntado porque la gente no respeta las normas, y siguen educando a sus hijos sin los mínimos valores.
Aquí tienes de forma sencilla explicada la lógica del APEGO en el mundo moderno. Algunos expertos clasifican el apego por el nivel de ansiedad que crea, o por el nivel de evasión (apego evasivo, apego desorganizado, apego seguro, apego ansioso). Pero me gusta ser práctico y evitar la teoría, así que te voy a compartir cómo conseguir el desapego total.
Desapego material
¿Desapego a lo material? ¿Cómo practicar el desapego material? ¡Desapégate de todo lo material que tienes y tendrás una nueva vida! Lo he leído en varios libros (Desapego sin anestesia, Reprogramación emocional, Te amo pero soy feliz sin ti, El poder del ahora,...) y el caso es nunca me he cruzado con nadie que lo haya puesto en práctica. En las historias leía que alguien comenzaba a vivir como un mendigo y entonces, aprendiendo lo que es esencial en la vida, volvía al mundo consumista que nos rodea con una aureola de superhéroe. Como os comento, no conozco a nadie que hiciera nada parecido.
¡Sin estrés! ¡Sin ansiedad!, ¡Sin volvernos locos! La verdad es que no te veo capaz de realizar tal desapego material, ¿o si crees que se puede practicar el desapego? No es un reto, es una realidad, porque nos han enseñado desde pequeños aquello del sentido de la propiedad.
¿Cómo desapegarse de las cosas materiales?
¿Se puede conseguir el desapego a las cosas materiales? Sí, sí, el desapego total de lo material lo puse en la práctica y un día empecé a reducir mis posesiones a la mínima expresión ¡Sí, sí, comencé el desapego material! Para empezar, es primero cambiar las creencias limitantes de la cabeza y empezar a creer que es posible vivir con muchas menos cosas materiales.
¿Cómo practicar el desapego material?
Para conseguirlo tomé aire durante unas semanas, y empecé a meditar con el ejercicio más importante que he hecho en mi vida. Aprovechaba que me mudaba, y en este caso no cambiaba de ciudad, que he hecho en varias ocasiones, ni de país, que también he hecho en un par de ocasiones… ¡cambiaba de continente a más de 10.000 km! Entonces pensé las cerca de diez mudanzas de mi vida (experto en mudarse al extranjero), y fui calculando cuántas cosas había arrastrado de forma innecesaria, sin ser utilizadas en los últimos años. ¿Apego a algo material que no uso? ¿Pero para qué? Y cuando digo a la mínima expresión, digo la mínima: la ropa, el portátil, los títulos académicos, y un regalo que me hizo mi padre antes de fallecer… ¡el resto ciao bye! En ese momento me di cuenta de que casi todo lo que cargaba de mudanza en mudanza era puro carga sin sentido que además defendía con la creencia inútil de que tenía mucho valor. La verdad, no echo nada de menos, y mira que tenía cosas interesantes como multitud de libros firmados por autores prestigiosos.
El ejercicio comienza con los CDs antiguos… ¡ahora uso Spotify o YouTube y llevo dos años sin poner un simple CD de música! Sigue con los DVDs que ya no veo porque tengo todo en el ordenador. Continua con los apuntes y libros que no consulto porque Google es mucho más inteligente. Los cientos de revistas que ya no sirven para nada. Los miles de papeles que, de valer para algo, se pueden escanear. Los adornos que aburren hasta mi inconsciente. La TV que ocupa mucho espacio y que sólo la veía cuando corría Alonso en F1 (ahora ya ni eso). Y así… hasta que me quedé con mi portátil que se puede cambiar por cualquiera (me interesa el disco duro), unas cámaras de video, un trípode, mi partida de nacimiento y los títulos de ingeniero y MBA en papel (que aunque escaneados, piden siempre los originales e incluso con estampas oficiales), y dos maletas de ropa porque todavía hay que abrigarse del frío y tampoco es plan de ir desnudo en verano. ¿Te lo imaginas? Seguro que pondrás algunos “peros”, por no decir miles.
Cuando practiques el mismo ejercicio, estarás preparados para ir a cualquier lado. Te darás cuenta de que tu vida está en su interior, no en el exterior. No te quiero engañar, no lo creía posible hasta que lo hice. Y ahora me siento más libre que nunca. En ese momento me preparé para esperar a mi primer hijo, a quien enseño a que no se ande apegando a tanta cosa material.
Me es imposible explicarte el valor que me aportó en mi vida, y como no hay forma de medirlo científicamente (ya sabes alcances y limitaciones de la estadística), ¡pues eso!, que no te preocupes porque no tengo ninguna estadística para demostrarte que te haría muy feliz. Mi reflexión sobre el apego a las cosas materiales es que, si sabes cómo trabajar el desapego, verás lo que me pasó a mí, que ya no me interesan las cosas materiales (solo las más básicas). Vamos las cosas materiales importantes en la vida.
Quede claro que esté historia está basada en hechos reales. Lo que ves en la foto es todo lo material con lo que salí de Madrid a Montevideo. Y unos años más tarde el desapego a lo material continuaba, porque después de haberme movido por Montevideo y con la vida en Dubai más de cinco años, volví a mi sitio de origen con lo mismo. Ahora sin Spotify, y simplemente habiendo actualizado mi ropa y las computadoras. ¡Recomiendo mucho viajar libre de equipaje!
Desapego emocional
El apego emocional es aún más potente, porque alguna vez vivimos una dependencia emocional que nos dificulta el camino. ¿Pero qué es el desapego emocional? ¿Se puede estar emocionalmente desapegado? ¿Qué es a lo que más te apegas y valoras de las personas? El desapego emocional, o amar sin apegos, está ligado al bienestar y a la salud mental. Son innumerables las cosas a las que nos apegamos a lo largo de nuestra vida, supongo que con motivación social. Pero ¿cómo desapegarse emocionalmente de alguien?, ¿cómo lograr el desapego emocional? Veamos distintos casos.
Desapego familiar
Para empezar, nos apegamos a nuestros padres, ¡que son maravillosos sí!, pero están para criarnos, no para que andemos pegados el resto de nuestra existencia. Desde aquí mencionaré que soy de las personas que más quiero a mi madre (también a mi padre pero ya falleció), pero no necesito de su aprobación para cualquier cosa que haga en la vida (deja a un lado a quién piense eso de que soy una mierda), sólo su compañerismo para los momentos en el que podemos compartir cosas. Igual pasa con tus hermanos, abuelos, familiares cercanos, etc… Todos están con nosotros y un día se irán (si es que no lo hacemos antes nosotros). Todos nos pueden acompañar y podemos generar relaciones maravillosas, pero somos personas también sin ellos.
Desapego de los hijos
Después está el apego por los hijos (es lo que le digo a mi hijo), ¡qué parece que hay que anteponer los hijos a toda la vida! ¿Cómo desapegarse de los hijos? ¿Cómo conseguir el desapego de los padres hacia los hijos? Bueno, hace poco aprendí que daría mi vida por mi hijo, pero que tengo que anteponer mi persona a la de mi hijo, porque de otra forma soy su esclavo y no su maestro. Ahora le educo desde la libertad, sabiendo que un día volará libre, y donde solo estaré si me necesita. No me complicaré la vida si no me quiere compartir algo o simplemente decide vivir su vida. Habré consumido mucho tiempo de mi vida en su educación, pero él no me deberá nada, porque habré disfrutado de poder educarle.
Desapego a las personas
Los amigos, conocidos o saludos, más de lo mismo. No pasa nada por perder algún amigo, quizás sólo perdemos el contacto por un tiempo, quizás vuelvan a aparecer, o quizás nunca más sepamos de ellos y hasta nos borren del Facebook. ¿Y para qué llorar si no están? Mejor sonreír de que pudimos disfrutarlos y centrarse en lo mejor de la vida.
Desapego emocional pareja
Luego está la pareja, ya sea novio, prometido, casado, amigo con derecho a roce, ¡o la etiqueta que más nos guste!... ¡esa que siempre pensamos que tiene que estar a nuestro lado el resto de nuestras vidas! ¿Realmente no crees que cambiarás en el futuro? Capaz que te vuelves insoportable, ¡y que nadie quiere estar contigo!
¿Cómo lograr el desapego a la pareja? Los apegos a personas son los que generan unos vínculos más fuertes y que, en muchos casos, pensamos que quebrantarlos es algo sagrado. Desde mi experiencia la respuesta es no, no y no. Además, no creo que por eso esté más vacío o lleno de amor.
Cómo trabajar el desapego en la pareja
Quizás si te quitas el peso de mantener a alguien a tu lado, y pasas simplemente a que cada momento en cada relación hay que cuidarlo con esmero… ¡puede que empieces a ver las cosas desde otra perspectiva! Si te está costando y quieres saber cómo desapegarse de alguien, te recomiendo que ojees un ejercicio que desarrollé un esquema de las emociones (desfibrilador emocional), que ha ayudado a muchas personas a practicar el desapego y conseguir el desenganche emocional.
Con mi experiencia en coaching de relaciones, ¿saben cuál es la mayor toxicidad que he comprobado en los divorcios? ¿Se lo imaginan después del ejemplo? Triste, pero me temo que es una mala costumbre que se arrastra desde la infancia. Es fácil comprobar que cualquier relación de pareja presenta las siguientes fases:
- Primero encontramos la fase de despertar la atención de una persona. La gente demuestra sus mayores virtudes, y por días o meses, son los mejores compañeros del mundo.
- Después entramos en la fase de noviazgo, donde se pasa más tiempo comprobando que tu pareja no tenga posibilidades de conocer a nadie, que haciéndola sentir una persona única y responsable. Incluso aunque tengas una novia virtual.
- En multitud de culturas, se pasa por una fase de compromiso formal (prometerse), donde se pone ya la fecha al día exacto del contrato.
- Por último, llega el matrimonio, donde mucha gente pasa (mentalmente) al “esto es mío”, relaja toda condición de cuidar a la persona, y parece disponer de una serie de derechos de por vida. Muchas de las virtudes de la primera fase se desvanecen, porque parece que ya no hay que conquistar a nuestra propiedad.
Si algo he aprendido en el amor es que las relaciones se han de cuidar día a día. Todas las mañanas hay que despertarse abrazando y haciendo sentir única a la pareja que está a nuestro lado. Habrá que prolongar ese sentimiento cada minuto del día para que quiera ser la persona que comparta nuestro último abrazo (je, je, vale como excepción los días de baja por enfermedad). Somos personas que tenemos que compartir un camino, no pretender ponernos en el camino del otro. Puedes tener a quien quieras, pero sólo te amará quien no se sienta de tu propiedad.
Desapego total
Emocionalmente nos apegamos a muchas más cosas. A una religión, a un equipo deportivo, a un grupo musical, a una marca de vestir, a una forma de hacer las cosas, a demasiadas cosas… ¿y cómo sería tu mundo si te hubieran criado en otra cultura? ¿Verdad que verías todo desde otra perspectiva? ¿Y si pusieras en duda todas las cosas a las que estás apegado emocionalmente?
En la actualidad intento no ir apegado a nada físico ni emocional, más allá de las responsabilidades que tengo como contratado, ciudadano, padre, etc. Pero eso no son apegos, son responsabilidades como persona. Desapegado de tantas cosas me permito escuchar a todo el mundo, da igual su religión, sexo, edad, clase social, trabajo que realice, ropa que lleve, partido político al que vote, etc… ¡el mundo es infinitamente variado! No prejuzgo desde el minuto cero, lo que me permite comprobar miles y miles de cosas nuevas cada día.
Cuando se habla de cómo practicar el desapego, reconozco que no comparto algunas opiniones, como explico al hacer una carta de reclamo, pero tampoco me empeño en cambiar al que no quiere ser cambiado. Cada uno que cargue con su dependencia emocional y material. El respeto que nunca falte, porque quién desea vivir apegado a miles de cosas… ¡está en su derecho de vida! Yo al menos, vivo con el desapego y te para el estrés, te da descanso, te desahogas, te desbloqueas... Como persona desapegada ¡vivo material y emocionalmente desapegado! ¿Te animas al desapego? Verás lo bien que sienta decir. ¡me siento desapegado! o ¡me siento desapegada! Y como dice el desapego budismo... "lograr ser autónomos, aunque no consigamos cosas o una persona en especial".
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Hola no pude evitar pasar por alto la similitud de lo que cuentas yo de adolescente solía coleccionar cosas sobre cine cultura ciencia recortes de periódico un día al igual deducido deshacerme de ello sin embargo ahora tengo la manía de coleccionar amigos y publicar contenido en diferentes redes sociales…
Gracias por el comentario… coleccionar no tiene nada de malo… ¡siempre que se disfrute!, ¿no crees?
El autoconocimiento es muy necesario mejorarlo. Yo lo intento escribiendo. Comencé un diario personal Mentalpage que está centrado en esta cuestión y ahora he ido mejorando mucho mis niveles de motivación y desarrollo personal. Les dejo link mentalpage.com ¡Un saludo!
Mi profunda admiración hacia vos colega, desde Argentina, gracias
Muchas gracias Ricardo… ¡fuerte abrazo!
Muy interesante la información que compartes Pedro.
Personalmente pienso que hoy en día vivimos DEMASIADO APEGADOS a cantidad de cosas materiales (casa, coche, ropa, dinero, móvil…) y no materiales (opiniones de otros), cuando la realidad es que desapegarse sólo tiene ventajas.
Eso sí, te confieso que actualmente estoy en proceso de desapego tanto material como emocional (el más complicado de todos), lo que me está ayudando a crecer como persona hasta niveles insospechados. Es complicado (y lo sabes), pero como siempre he tenido un punto “espiritual” es algo que ME LLAMA.
Un abrazo,
Pablo
Comparto lo del desapego emocional, pienso de esa manera y no sufro por la pérdida o la distancia de un ser querido. Aunque siempre está aquella gente o familiares que llaman a uno ¨frío¨, ¨egoísta¨ y hasta no pueden creer que no haya llorado por días ni sufrido la pérdida de mi padre, sólo la sentí. Entiendo a la muerte como parte de la vida y la vida continúa, conmigo o sin mí.
Es muy difícil conseguir un nivel de desapego que te haga sentir libre sin hacerte sentir solo… o al menos a mí me resulta dificultoso… 🙁
Buda dijo:
El mundo está
lleno de sufrimientos; la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del
sufrimiento es la eliminación del apego.
Precioso artículo, me ha encantado. Yo trabajo el desapego, poco a poco voy consiguiendolo y la sensación es de liberación. Gracias por compartirlo.
Felicidades Pedro, gran ejemplo de fuerza y constancia.
😀