Decente, justo, recto... Se franco, ¿has mentido hoy en alguna ocasión? Venga… no vengas mintiendo… ¿de verdad que has sido en todo momento honesto? Bueno, mejor lo pregunto de otra forma, ¿has ocultado lo que querías decir y lo has convertido en algo distinto que no era del todo cierto ? ¿O te has callado lo que tenías que decir por miedo a ofender? ¿Quizás ni te diste cuenta de que te estaban preguntando a ti y obviaste responder para evitar decir la verdad?
Qué es ser honesto
Según la RAE, se dice de la persona decente, recatado, pudoroso, razonable, justo, recto o honrado. La verdad es que se hace complicado, porque cada día vemos más personas que no cumplen las normas, ¿no crees?
Nos cueste reconocerlo o no, pasamos parte del día faltando al valor de la honestidad, porque nos han enseñado a que si dijéramos la verdad en todo momento, podríamos hacer daño en muchas ocasiones. Los hombres sabemos que a una mujer no se le puede decir que está más gorda o vieja. Y las mujeres bien saben de las exageraciones de algunos hombres y ni matizan.
Reflexión de la honestidad
¿Pero cómo sería el mundo sin mentira alguna? ¿Cómo sería el mundo si nadie se aprovechara de los demás? No cabe ocultación de la verdad, ni exageración desmesurada, ni simple mentira por piadosa que sea. ¿Estarías preparado para aceptar la realidad que ven los demás acerca de ti? ¿Estarías preparado para ofrecer la realidad que ves de los demás? ¿Estaría el mundo preparado para aceptarse a sí mismo en sus numerosas incongruencias?
No, francamente, lo veo imposible. Y para eso se han inventado un montón de instancias, como los pecados, el cielo, el infierno, los jueces,… o un montón de adjetivos como malo, bueno, honesto, infiel, desleal, mentiroso… por mencionar algunos.
Pero aunque lo vea tan imposible, en mi día a día, he aprendido a que sea posible. Cuando hablo con algunas personas se sorprenden de mi honestidad, y rápidamente indico que compartir cualquier café conmigo es un motivo para aceptar la vida tal y como es. Con la importancia de ser congruente. Con un fondo que puede ser bueno o malo, pero que no se debe maquillar con un montón de formas para adular todos los comportamientos. Habitualmente los que me critican en las formas tienden a ser los más mentirosos, que tarde o temprano, acaban cayendo con todo el equipo.
Es una cuestión que debes elegir en la vida… ¿la bandera de la honestidad por poco comprendida que sea? ¿O la banderita de la sonrisa continua pese a ser una hipocresía evidente? ¿Cuál prefieres? Cuanto antes elijas, antes comenzarás a dar ejemplo... así que determina tus valores.
⭐ Disfruta este video donde explico cómo ser congruente
Hola Pedro.
Me gusta mucho tu blog, lo he descubierto hoy de casualidad.
Sobre este artículo estoy completamente de acuerdo contigo, me quedo con la bandera de la honestidad. Pero creo que en ocasiones, como seres emocionales que somos, necesitamos recibir una pequeña dosis de “realidad edulcorada” para sentirnos mejor.
Saludos!
Marta.
Pedro,
Ha hecho muchas preguntas, si uno está preparado para aceptar la realidad que ven los demás acerca de ti, o bien, si uno está preparado para ofrecer la realidad que ves de los demás. A mi me toca la realidad de la lealtad, desde que salga espacio para ella, por si acaso no hay, silencio. Además, en estos momentos dónde no hay buenos ejemplos de comportamientos verdaderos o quizás de relacciones interpersonales transparentes… ¿que puedo decir? Bueno, digo que he pasado por la mentira dejándola bajo una incertidumbre, pensaba que fuera un camino idealizado, eidético. Pero vamos, si no puedo decir nada que sea verdadero… ¿como valoraré a mi trabajo?
Alexandre excelente reflexión. Curiosamente ya sabes que mucha gente prefiere vivir en el engaño continuo.
Muy agradecido si compartes el blog con tus amistades.
Por supuesto, me quedo con la bandera de la honestidad, aunque lo que impere en nuestros dias sea la doble moral y las verdades a medias para alcanzar el éxito, salvo honrosas excepciones…
¡Excelente! Muy agradecido si compartes el blog con tus amistades.