¿Un AMIGO es un tesoro? ¿El que tiene un amigo tiene un tesoro? ¿Seguro amigo? Compré el sistema capitalista, y me lo creí hasta la médula. Pensaba que toda lucha tiene su recompensa, que el esfuerzo siempre es recompensado, y que puedes hacer dinero luchando por lo que crees. Trabajaba como un loco todo el día y ponía toda mi energía en ser una persona exitosa. Llegué a tener todo lo que, supuestamente, un superhombre tenía que conseguir: ganar mucho dinero en un trabajo brillante, tener una gran casa, e incluso liarme con una modelo de esas guapas de los anuncios de perfumes. Suena insustancial, pero es la realidad, siento decirlo.
Me funcionó muy bien hasta que hace unos años me vi con la muerte de frente, perdiendo todo aquello que había obtenido con esfuerzo. ¿Qué quedó? ¿Acaso algún tesoro? No. Una minusvalía con la que tuve que arrancar un nuevo camino. Me tocó entender que, quizás y sólo quizás, las cosas que nos aportan más felicidad no salen siempre en la televisión. Que aquello que te puede hacer vibrar está más cerca de tus pulgares de lo que nos imaginamos. Y que tendemos a poner más barreras de las que realmente existen. Honestamente, me siento ahora más consciente y mejor que hace 20 años, y nunca sabré si es por la edad, o por todo lo que me he trabajado por dentro.
Seguí soñando por dejar un mundo mejor a mi hijo, analizando los componentes de la felicidad, y pensando que dando herramientas para que la gente descubriera su felicidad, la trabajarían igual que había hecho durante los últimos años. Mientras, confiando en mi frase o mensaje, y luchando con ética seguí poniendo encima de la mesa nuevos valores que sirvieran para hacer un mundo mejor. También reconozco, todo sea dicho, que cometiendo algunos errores en el camino.
Ni pensamientos de amistad ni tonterías. Desde mi experiencia actual, he visto que la avaricia que tienen algunas personas por el dinero puede tener más fuerza que la energía positiva de mucha gente. Perdí años demostrando que son absurdas y falsas las acusaciones de toxicómano que vertieron algunos magistrados de España de forma injusta (eso sí, aprendí que los jueces son personas: los hay buenos, otros baratos, y alguno que no sabe lo que es la inteligencia emocional). Perdí otro tiempo de mi vida contra una "asociación" de coaching (chiringuito de amigos falsos) que demostró que se movía por dinero y poco practicaba la ética. Tampoco he hablado mucho en el blog de una editorial que me engañó, me sacó todo el dinero que pudo, y sólo ha supuesto un capítulo a borrar en mi vida. Ni que decir que los problemas de propiedad industrial que me causó patentar una marca son ejemplo de cómo las leyes están diseñadas sin mucho rigor. También alguna incompetente que me topé en Uruguay, que se creía con un título sólo porque le había puesto unas iniciales a su Twitter. Tampoco tiene mucho sentido que te recuerde que en los dólares pone bien claro que no están fabricados por una entidad pública, sino por un banco privado (Bank of Kansas City), por lo que obviamente te imaginarás que sólo persiguen ganar más y más dinero (les importa poco si aumenta la distancia entre ricos y pobres). Y mejor tampoco te cuento muchos detalles de una de las mayores aceleradoras del mundo, que con su engaño a la hacienda pública me han enseñado que al intentar saber cómo entender la vida, hay mucha gente que vive en el autoengaño.
Hace poco me borró una persona del Facebook, una persona para mí muy importante, a la que respeto y admiro de forma especial por sus grandes valores. Me informó del asunto, y me comentó que la línea que estaba tomando no era correcta. Entonces me di cuenta de que la única línea que estoy tomando, es la de estar diametralmente opuesto al sistema capitalista con el que me educaron y que entiendo que en el futuro nos aniquilará a todos.
Por eso, sea como sea, me parece que no está el mundo para decir la verdad. No gusta y sólo consigo apartar a muchos de mi camino. Pero espero me puedas perdonar si en este blog te intento siempre compartir la verdad, porque me pueden las emociones a la razón, y prefiero quedarme sin tesoro y mantener sólo a mis buenos amigos... ¡que la amistad es un tesoro! ¿Prefieres al amigo o al tesoro?
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