Casi todo el mundo sabe toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad. La presunción de inocencia es una garantía consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos pero hoy en día se utiliza, a mi criterio, para justificar un conjunto de abusos que rayan el sentido común. Me explico con un ejemplo para que me captes la idea.
Vamos a suponer que un día llegas a casa y, de la forma más sorprendente, te encuentras a un familiar en el suelo, con una pistola a su lado. Sin pensarlo demasiado, porque supongo que en esas circunstancias no se piensa mucho, te acercas a ver al familiar o agarras la pistola para entender lo que está pasando. Son milésimas de segundo, instantes. Supongamos que después de comprobar de que el familiar está muerto te acercas y reconoces la pistola con cuidado.
Ahora viene la curiosidad, y es que pensemos que en ese momento entra la policía por la puerta y te agarra con la pistola en la mano… -¡Queda detenido! ¡Manos arriba! - ¡La que se acaba de montar en cuestión de segundos y tú no tienes ni idea! Ahora dile al policía que tú tienes la presunción de inocencia avalada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero la realidad es que con una mala suerte de narices, te han agarrado con “las manos en la masa”.
Bajo la presunción de inocencia
¿Captaste el ejemplo? Sí, sí, la presunción de inocencia está muy bien, pero a ver cómo quitas las huellas de la pistola… ¡te acabas de inculpar como máximo culpable solo por estar en el sitio inadecuado en el peor momento!
Bien, si esto parece tan evidente, ¿por qué tengo que ver cada día casos en el que se agarra a más de un político con millones de euros o dólares en algún paraíso fiscal y defienden que tienen la presunción de inocencia? Resulta que usan la mejor asesoría legal y se libran de cualquier cosa. Contra la presunción de inocencia no tengo nada, pero contra que nos llamen imbéciles sin parar... ¡cansa! Cualquiera que tenga millones en un paraíso fiscal y no justifique al instante de dónde viene el dinero... no es inocente, es culpable. Y lo será hasta que demuestre lo contrario. Como quien tenía el arma en la mano.
Me temo que hay mucho ladrón suelto que nos vende con exceso sus derechos humanos. Primero que expliquen el origen del dinero y que además lo devuelvan (cosa en la que cada vez compruebo menos aplicación). Y en caso de que el dinero no sea de ellos (que les hayan tendido una trampa), que donen el dinero al instante.
¡Que se acabe el desvirtuar la presunción de inocencia! Si te han pillado con millones y millones que no hay forma de justificar… nada de presunción de inocencia, son ladrones en toda regla, ¿no crees?
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