¿Personas controladoras? ¿Qué es una persona controladora? ¿Cómo es una persona controladora? Hoy os incluyo un artículo del excelente José Luis López Velarde, que tiene una web llena de información muy interesante, que además le puedes encontrar en facebook y twitter responde con el #TuMejorPersona. Espero sea de vuestro agrado, porque viene con ejemplos... ¡que ya sabéis que me encantan!

El control es el reflejo del miedo a que las cosas salgan mal.

Pongamos un par de ejemplos. En el trabajo: habrá una reunión con el jefe y queremos saber de qué se tratará, para entonces prepararnos frente a cualquier situación; con nuestra pareja: no por nada nos da pavor el “tenemos que hablar” ya que nos viene como un balde de agua fría.

La obsesión por querer tener todo bajo control puede llevarnos a reflejar en enfermedades psicosomáticas: estrés, depresión, bilis, gastritis, dolor de espalda, cuello… etc.

El otro perfil se ubica justo al otro extremo, se desapegan completamente de las cosas y las personas y no asumen ningún tipo de responsabilidad que les pueda provocar algún sentimiento de angustia; como diría Pablo Neruda en alguno de sus poemas Para que nada nos separe, que nada nos una. Llevado a un extremo poco saludable emocionalmente puede interpretarse en actitudes y conductas narcisistas y egoístas donde “sólo importo yo”.

Personalidad controladora

Esos son los dos extremos, ¿tú en qué lado te encuentras? ¿Cómo solucionarlo? La justa medida estriba en que hagas lo necesario para asumir el riesgo y la responsabilidad de tus cambios hasta donde te sea humanamente posible.

Para empezar, adopta esta idea: hay cosas que están bajo tu control y hay cosas que no están bajo tu control. No te apropies de situaciones que no están bajo tu control: “si le hubiera dicho a tiempo, si le hubiera mandado el correo antes”.

• ¿Qué es lo que está bajo tu control? Fácil, todo lo que salga de ti: palabras, conducta, acciones, esfuerzo, errores, ideas y consecuencias.
• ¿Qué es lo que no está bajo tu control? Fácil, todo lo que no salga de ti: las palabras de los demás, sus acciones, sus sentimientos, las consecuencias de sus actos, sus creencias, sus errores, sus ideas.

Considera que cada persona tiene su propia libertad de elegir y todo lo que ello implica: tiene su propia forma de pensar, su propia manera de ver el mundo y, ¿por qué no?, hasta su propia manera de ser feliz.