El mundo está en constante evolución y muchas personas alardean de frases como: “aquí todo vale, somos muy respetuosos”, “puedes hacer lo que mejor convengas, es nuestro estilo”, “todo lo que se te ocurra, lo puedes realizar, no hay límites”. Tienen parte de cierto, pero hay que tener cuidado, porque esto es una absoluta estupidez que le explican a todo coach certificado novato en las primeras lecciones. Al comienzo te explican que todas las acciones se pueden analizar desde distintos puntos según el observador y lo que hace el observado. Y que basta cambiar el punto de observación, para encontrar una nueva perspectiva.
La realidad es que hay cosas que no se pueden admitir al vivir en sociedad, simplemente no son aceptables. Nadie permite a un niño que se tire por un barranco, por muy explorador que sea el chaval. Ni se permite que un niño que le parta la cara a su hermano pequeño, por muchas veces que haya visto Rocky en la televisión. Hay que marcar ciertos límites y evitar decir… “¡deja al niño, que así aprende!”. No, en muchos servicios profesionales hay que poner límites, porque de otra forma se convierten en un proceso aleatorio sin sentido.
El mundo es una tontería
Cuando vaya a decir «todo vale», piense si se está refiriendo a las acciones o a cómo funciona el gusto. Sobre gustos no hay nada escrito, así que el afirmar «todo vale» no ofrece complicaciones, porque sólo definirá su estilo, quizás clásico, moderno, hortera, etc. Pero con las acciones, no está bien decir sin pensarlo previamente eso de «todo vale», al menos si queremos evitar no perder los valores que nos permiten vivir en sociedad con respeto, educación y solidaridad.
“Todo vale”… son las dos palabras necias -y también las preferidas- que he escuchado en boca de muchos incompetentes.
Ahhh, es más, y si deseas ser responsable con tu propia persona y con la sociedad (cosa que sería deseable para que puedamos mejorar el mundo, como dice krihsnamurti comenzando por uno mismo) , pues sería bueno plantearse también si “lo que te da la gana” o ese “todo vale” te está ayudando a desarrollarte como persona, o por el contrario responde a fuerzas “oscuras” como la desidia, la pereza, la envidia, el rencor, la ira, los celos,…..
Ague… di que sí… muchas gracias por comentar. Te mando un fuerte abrazo.
Por una parte, es bien sabido que la libertad de la persona termina donde comienza el derecho de las demás. Por otra, las normas, son imprescindibles para vivier en sociedad y si estas están bien hechas con sentido del juicio y lógica puestas al beneficio de todas las personas, son muy beneficiosas. Por tanto, estoy de acuerdo con tu artículo Pedro, en nuestra mente, podemos fantasear todo lo que queramos, incluso, si no vulneramos la libertad, dignidad, derechos,…de otras personas, igualmente, será bueno que hagamos lo que nos de la gana, allá nosotros con nuestras consecuencias positivas, negativas o como las vivamos, pero cuando vamos a afectar a terceras personas, todo no vale.
Agueda, ¡Excelente reflexión! ¡Muchas gracias por el comentario!