Reflexionemos sobre nuestra infancia, ¿conoces a alguna persona que sigue las reglas al pie de la letra? En tiempos en los que no había redes sociales, recuerdo un amigo que un día escaló al balcón de un ayuntamiento, se hizo con la bandera y la quemó al bajarla al suelo. Por aquellos entonces tendría 14 ó 15 años, sin mucha idea de lo que hacía, y con el resultado que después a los padres les tocará pagar el desperfecto y pasar una vergüenza horrorosa. Coincidencias de la vida, hace pocos días fue su cumpleaños, tiene una familia maravillosa, y no parece que esa travesura de pequeño le haya convertido en un rebelde sin causa.
Hoy en día la juventud sigue haciendo travesuras, igual que siempre. Es normal, por muy conversadores que quieran ser algunos padres. ¿Cuáles son ahora las implicaciones de cometer errores en un mundo cada vez más interconectado? Seguro recordarán el ejemplo de hace años: “Una niña de 14 años, detenida por una falsa amenaza de bomba en Twitter“. Retomo un fragmento de la noticia:
“Hola, me llamo Ibrahim y soy de Afganistán. Soy parte de Al Qaeda y el 1 de junio haré algo realmente grande, adiós", escribió en Twitter una adolescente llamada Sara, que lleva una cuenta de fans (@Queendemetriax_) de la artista pop Demi Lovato. American Airlines no tardó en responder: "Sara, nos tomamos estas amenazas muy en serio. Tu dirección IP y detalles serán enviados a seguridad y al FBI".
Una gamberrada equivalente a lo que hizo mi amigo pero, desde mi punto de vista, mucho más simplona porque la pudo hacer sin moverse de casa. Pero la repercusión no ha sido que los padres hayan pasado vergüenza… ¡han querido mandar al FBI a casa de la niña!, pese a que como se comprueba en la noticia, la niña pide perdón y retira el Tweet claramente. Vamos, que era una simple gamberrada, aunque parece que hay errores que no se perdonan.
El problema que tenemos hoy en día es que Internet, en algunos casos que dependen de un algoritmo que promueve el clickbait, puede amplificar algo que no debe salir del ámbito local. Como se demostró en el estudio de la Universidad de Oxford, "Teens, Screens and Social Media", los jóvenes de hoy interactúan de manera única con las redes sociales y las repercusiones de estas interacciones pueden ser mayores que en el pasado.
Como el ejemplo anterior de mala gestión de la ciberseguridad, mi llamada de atención no va a los padres, que queramos o no, siempre vamos a sufrir las gamberradas. En este caso viene a la ignorancia de alguna empresas en gestión de redes sociales… ¡que no dispone de una sencilla política de comunicación!, en donde se sabe que cuando alguien entiende la diferencia entre amenaza y advertencia, se debe responder con total normalidad, y no respondiendo con otra amenaza.
Debemos recordar que todos hemos sido jóvenes y hemos cometido errores.
Aprovechando este momento de reflexión, hoy te animo a que digas algo alentador a un joven en tu vida, recordándole el valor de aprender de sus errores. Se puede rectificar. En lugar de castigar severamente, debemos centrarnos en guiar a nuestros jóvenes y enseñarles sobre las responsabilidades y las consecuencias que conlleva vivir en un mundo digital (por cierto, aprovecha para decir algo bonito a algún joven). Nuestro objetivo no debería ser evitar que los jóvenes cometan errores, sino ayudarles a aprender de ellos. Como sociedad, necesitamos adoptar un enfoque más comprensivo y educativo para manejar la 'rebelión' juvenil en la era digital, para que puedan crecer en individuos conscientes y responsables. Como dijo una vez Nelson Mandela, "La juventud de hoy es el futuro de mañana".
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