¿Vives para el éxito? ¿O el éxito vive en ti?

Te pones a escuchar la música con tus auriculares favoritos. Envolventes. Estás dentro de la música con tus reflexiones de vida. Por un momento el mundo se para y esa canción eleva a tu espíritu. Claro que lo puedes conseguir, claro que tienes razón, claro que es posible.

Te están contando en alguna conferencia todos los casos de éxitos en donde algunas de las personas que sigues en tus redes sociales han conseguido todos sus sueños. Ahora tienen una vida que solo está al alcance de los que, con empeño, no pierden su propósito en la vida.

Porque la suerte no existe. Bueno, como diría Álex Rovira la buena suerte la creamos nosotros. Parece que alguien tiene la bondad de repartir las cartas y nosotros las jugamos. Algunas veces nos sale una mano muy mala, pero con el esfuerzo del día a día, seguro que sabremos acabar la jugada bien.

Te lo crees, y cierras los ojos pensando que mañana será otro día. También te creíste de pequeño el cuento de Walt Disney, ¿verdad? El del príncipe azul. El del final feliz… ¡y sonrieron y comieron perdices! ¡Todos alegres! ¡Porque todos los sueños se pueden hacer realidad! ¡Querer es poder!

El éxito después de la vida

Ahora viene la realidad, y para ello te pongo un ejemplo. He tenido ocasión de visitar el Museo de Van Gogh en Ámsterdam, si no conoces al excelente pintor Van Gogh, te comparto que varias de sus pinturas se encuentran entre las que más se ha pagado en todo el mundo. Pero pese a ser uno de los pintores más valorados del mundo, en su vida tuvo muchas dificultades, y como se muestra en el museo, su vida no fue precisamente de éxito.

Quizás y solo quizás, nunca llegarás a ver tu éxito mientras vivas. Quizás nunca lo lleguen a valorar. Así que basta que gastar tu energía en pensar qué piensan los demás de ti. Vibra con lo que haces, y no olvides que eres el primero al que tienes que satisfacer cada mañana.

Y no te pierdas para el nuevo año... éxito 2023