Mi columna pasada en Dove Men se titula ¿Y ahora cuándo se acaba el mundo? un tema que comenté ya el año pasado cuando veía que se podía acabar el mundo según los mayas... ¡pero que al final no se llegó!
A continuación, el texto completo de la columna:
Ahora que sabemos que los mayas se habían equivocado... ¿cuándo se acaba el mundo con la tercera Guerra Mundial? ¿Cuánto tiempo tengo que cargar con todas las responsabilidades que estoy teniendo?
Cuando era niño pensaba que el desarrollo humano estaba trayendo cosas maravillosas y que en pocos años pasaría mi vida levitando y en el nirvana continuo. Según fui creciendo comprobaba como la cosa se iba complicando, cada vez más y más. Unos años atrás, al comprobar que la mitología Maya nos indicaba que allá por el año 2012 se acabaría el mundo, una paz llegó a mi interior. Para entonces no habría llegado a los 40, por lo que me habría ahorrado una de las depresiones más temidas.
Algunos coaches se empeñan en preguntar, ¿cómo te ves de aquí a 10 ó 20 años? A lo que podía ahorrar todo comentario porque sentía que los mayas no se podían equivocar con algo tan decisivo. “¡Qué no pasa nada! ¡No te preocupes! ¡Tampoco es para tanto!”, murmuraba a mucha gente… “¡Si total, queda poco para el fin del mundo!” No había que tomar responsabilidades, no había que preocuparse por la salud, ni tampoco había que hacer mucho esfuerzo por hacer que todo el mundo te quisiera. ¡Total… para lo poco que quedaba!
Cuando viví en Holanda aprendí el sentido de la puntualidad y lo incluí en mi vida sin problemas. Quizás por eso esperaba con exactitud el fin del mundo para el 21 de diciembre de 2012 a las 11:12 UTC. Después pensé que los mayas podrían ser como los latinos, que tenemos fama de tardones, y quizás el fin del mundo tendría unos días de retraso. Pero me temo que más nos vale que empecemos a pensar que la vida es para disfrutarla, y dejarse de cuentos infantiles.
Recientemente he cumplido casi los 40 años. No tengo ni idea de cuántos más duraré, pero les aseguro que cada día que he vivido, tanto los buenos como los malos, han merecido la pena. Basta ya de pronósticos de otros. Nos quedan muchos años de vida, y hoy es un buen día para empezar a cuidarse, tanto física como mentalmente. Empezar a sentirnos responsables de todo lo que hacemos y decimos, con armonía con lo que sentimos y pensamos. Evitar esa responsabilidad con la excusa de que se acaba el mundo… sólo sirve para eso… para no vivir la vida.
Mi columna pasada en Dove Men se titula ¿Y ahora cuándo se acaba el mundo? un tema que comenté ya el año pasado cuando veía que se podía acabar el mundo...
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