Hoy les quiero compartir mi experiencia sobre la reencarnación. ¿Han oído hablar del fenómeno? ¿Han visto cuánta información se ha escrito sobre el tema y que poquito parece haberse investigado? Seguro que conocen a muchas personas que afirman que existe, y otras muchas que lo consideran totalmente imposible. ¿Cuál es su opinión?
Ahora les confieso que no quería hablar de ese tema, porque aunque tenga mi propia opinión sobre el tema, no es mi foco de estudio. Ya hablé un poco de las expectativas pero ahora sólo quiero que se hagan una pregunta… ¿se han sentido descolocados al ver el tema de la entrada? ¿Ni tan sólo un poquitín? Seguro que sí.
Esto es lo que me encuentro en infinidad de ocasiones, cuando los resultados no son coherentes con las expectativas que nos hemos creado… ¡nuestro cerebro responde a la defensiva! ¡Es importante que tengamos razón! ¿De verdad?, me temo que en esos casos, sólo estamos demostrando que hay cosas que desconocemos… ¡bienvenidos al mundo de lo imprevisible!
El ejemplo habitual que utilizo para comprobar el grado de sorpresa que es capaz de gestionar mis nuevas amistades es comprobar la cara que ponen al darles mi tarjeta. En esta pone claramente “expertos en felicidad”, y por si quedan dudas, por detrás aparece un “conferencista, escritor y mentor de sueños”. Se detecta claramente quién no está preparado para un imprevisto, porque son los primeros que necesitan ver una tarjeta que ponga aquello de “consultor, gerente, socio, comercial, ingeniero, doctor, etc”… pero ¿experto felicidad?
Al no cumplirse sus expectativas, se burlan con una divertida mueca (eso les juro que se nota a kilómetros) y rápidamente preguntan… ¿pero tú eres feliz? Sorprende que en el pasado, con las tarjetas habituales, casi nunca me fueron preguntando, ¿tú eres consultor/gerente/comercial/etc.?
Cuando haya algún imprevisto, intenten apagar su cabecita “sabelotodo”, y demuestren que también saben cómo indagar desde la curiosidad. Comiencen a preguntarse, ¿qué hay aquí que no haya visto antes? ¿A qué podría estar dejando de prestar atención desde mi actual punto de vista? ¿Hay algo interesante detrás de esta nueva opción?
Nos guste o no, el mundo evolucionada cada vez más rápido, y cuanto más preparados estemos para aceptar lo imprevisible… ¡mejor podremos responder en tiempo real a todas las contingencias posibles! Quién sabe… ¡quizás ya se haya inventado la reencarnación y todavía no se ha patentado!
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Por favor quiero hacer una consulta> Hace unos días, estuve soñando que estaba en un lugar con un personaje vestido de ropas blancas. Y veíamos a un hombre con un gran ejercito. El me dijo: conoces a ese hombre. Y le dije: No. El contesto: Ese eres tu, eras un general romano en la batalla en el Monte Tauros. Yo nunca había oído hablar de esto y me quede viendo al general y le pregunte que había pasado con el general. El me dijo: Fue victorioso. Desperté. Por la tarde investigue en la red y me di cuenta que el general que había visto se llamaba Lucius Licinius Lucullus. Mi consulta es si es esto posible, es coincidencia o realmente es posible reencarnar?
Lee "Muchas vidas muchos maestros" Brian Weiss..... aunque el comentario de Pedro Amador no va por ahí....sino por la predisposición que tenemos a que ocurra lo que nos imaginamos y sino "¡oh sorpresa!.
Gracias Ana por aclarar. Lo cierto es que no tengo ni idea de si existe o no. No creo que nadie haya podido demostrar ni una cosa ni otra. Así que ya puestos... ¡yo prefiero pensar que existe! :D
Gracias, me gusta el planteamiento y la riqueza de lo imprevisible, he disfrutado y me has hecho reflexionar con una sonrisa y creatividad. Gracias.
Por cierto ¿ conocéis un vídeo médico llamado "Estuve muerto"? no habla de la reencarnación pero sí de investigaciones sobre vida tras la muerte. De estudios y casos médicos al respecto. Es muy interesante.
Marta, muchas gracias por el comentario, la verdad es que no conozco el documental... ¿podrías incluir el enlace?
Hola Pedro... Nuevamente yo...
Hay una tremenda canción argentina de los 70s, de un grupo llamado "Sui Generis" con el gran Charly García, llamada "Canción para mi muerte", la que en algunos de sus párrafos dice así:
"Te suplico que me avises... Si me vienes a buscar... No es porqué te tenga miedo... Solo me quiero arreglar"...
y luego termina.
"Te encontrare una mañana.... dentro de mi habitación... Y prepararas la cama... Para dos"
Reencanación... Soy un ferviente creyente en ella... Desde que mi fé se puso en sintonía con la reencarnación, mi miedo a la muerte, como en la canción, desapareció.
No es que desee morir.pronto, Solo digo que el día que me la señorita muerte me venga a buscar (y ojala que sea cuando viejito), le tomaré de la mano y la seguiré hacia mi nueva nivel de crecimiento espiritual.
Sin embargo también creo en la reencarnación en vida... Es cuando un "quiebre" es tan poderoso que cuando sales de él... Eres otra persona... Lo he vivido y visto.
La gracia de esta última reencarnación en vida, es que la podemos disfrutar y recibir sus frutos en esta vida.
Y es acá donde el COACHING aparece y tiene el poder que tiene... El coach nos escucha y nos muestra que una nueva vida posible y que ese sufrimiento puede ser disuelto, que si me lo propongo puedo renacer en un nuevo yo... Más feliz.
Juan Carlos
openfieldschile.blogspot.com
Juan Carlos, muchas gracias por tus palabras... ¡todo un aprendizaje! Como dices, creyendo en la reencarnación, se tiene menos miedo a la muerte... ¡qué llegará muy tarde! ¡Seguro! :D
Muy sutil, Pedro. Te escribo sonriendo porque me ha gustado mucho esta entrada. Efectivamente, no estamos conectados con el cambio ni con todo aquello que se escapa de nuestros modelos mentales y de nuestras creencias. Habrá que insistir, ¿no es así? Un abrazo.
Joan, muchas gracias por el comentario, un placer que te gusten las entradas. ¡No dejes de compartirlas!
Sobre el cambio, tenemos que concenciarnos tarde o temprano... eso espero :D
Hola Pedro,
Dime Pedro ¿y cómo te preparas para lo imprevisible?.
Dime Pedro, ¿y cómo te preparas para lo imprevisible?
Ana
Ana,
Existen muchas formas, pero desde luego siempre tienen un denominador común: estar preparado para el cambio, evitando prejuzgar a la mínima.