No es del todo cierto la máxima del querer es poder, ¿la voluntad es suficiente para el querer es poder? ¿seguro? ¿Querer NO es poder? ¿Querer es poder?¿Y si fuera al revés? Y si por más que quiero no puedo. Al final entenderás el significado de querer es poder...
“Querer es poder” es una expresión que se emplea para significar que si ponemos voluntad en la consecución de un objetivo, podremos alcanzarlo. En este sentido, es un dicho hace énfasis en la importancia de la voluntad, el empeño y la perseverancia con que nos arrojamos en la conquista de una meta.
¿Querer es poder? o ¿Querer NO es poder? ¡Claro que sí!, ¿cómo puedes decir algo así? ¡Querer es poder! Tranquilos, no me he vuelto loco. Pero hay que empezar a indicar los mensajes incorrectos que nos meten en la cabeza. ¡Demasiada gente que no sigue las reglas! Por eso, quiero empezar una nueva serie que ponga encima de la mesa algunas creencias (sean limitadoras o potenciadoras) con las que nos levantamos todos los días y que defendemos sin ser realmente ciertas al 100%.
Me encuentro muchos días a personas emocionadas que han leído El Secreto (The Secret) y comentan que ha marcado un punto de inflexión en su vida, ya que parece que proyectar sus deseos les lleva a conseguir todo lo que se proponen. Siento decirlo, pero decir sólo «querer es poder» es un auténtico engaño. Basta un contraejemplo: “todos los días me levanto y quiero viajar en el tiempo”, y día tras días, proyecto ese pensamiento. ¿Piensan que lo voy a conseguir? ¿Querer no es poder? Me parece que no siempre querer es poder. Vamos, es como si yo quiero ser uno de los mejores conferencistas del mundo en español, y lo único que hago para ello es repetirlo en voz alta todo el día.
Seguro que alguna persona que cree superior y sigue apegado a la creencia, dirá que seguro, que en el futuro se podrá viajar en el tiempo, y que no deje de intentarlo. Alguien aún más fino, me dirá que los deseos tienen que ser siempre cosas que no vayan contra la propia naturaleza. Bueno claro, ¿y qué es realmente lo imposible entonces? Algunos incluso, en una nueva vuelta de tuerca, dirán que es mejor basarse en la “ley de la atracción” en donde atraemos a nuestra vida todo aquello que deseamos. Sobre esta nueva doctrina filosófica prefiero reservarme para otra entrada, pero ya adelanto que de ser verdad la ley de la atracción, me serviría para definirme como una auténtico masoquista que disfruta con las peores vivencias que se le pueden imaginar a un ser vivo.
Algunos asocian esta reflexión a Albert Einstein (1879-1955) conocido científico autor de la Teoría General de la Relatividad y Premio Nobel de Física, pero más bien es un dicho popular en boca de aquellos que nos aprecian para darnos aliento frente al reto o la adversidad. Algo parecido, “podemos hacer lo que deseemos si lo intentamos lo suficiente”, repetía a menudo Helen Keller en sus charlas. Lo cierto es que es una frase que se ha repetido mucho desde el libro "The Secret" (El Secreto). Una obra que alcanzó algo fama y crítica por parte de aquellos que adujeron que se engañaba a los lectores asegurando que el pensamiento positivo por sí solo es capaz de influir en la vida real.
No siempre querer es poder, y el problema real consiste en que muchas personas, empeñadas en que querer basta para conseguir algo, pueden llegar a sufrir una depresión cuando tras mucho tiempo, no consiguen eso que han deseado. Querer las cosas está muy bien, pero primero hay que pensar si lo que queremos tiene coherencia, no implica ir contra la naturaleza (la física o la de los gustos o preferencias de las personas que nos rodean), y está ligado a un conjunto de cambios (que incluso puede que, por problemas del contexto, no consigan llevarnos a nuestro objetivo).
¿Ya entendiste el significado de querer es poder? ¿La solución? Empezar a hablar bien, y decir “querer es un requisito para poder”, porque eso sí es real como la vida misma. No olvidemos la importancia de ser congruentes entre lo que sentimos/pensamos, decimos y hacemos. ¿O es que vamos a vivir engañados? ¿O prefieres seguir pensando que querer es poder?
Y como sé que te gusta mucho el significado de valorar a una persona, te completo la reflexión, nada como unas reflexiones de la vida y poemas de artistas famosos:
¡Oh tú, que vas gota a gota,
fuente a fuente y río a río,
como este tiempo de hastío
corriendo a la mar remota,
con cuanto quiere nacer,
cuanto espera
florecer
al sol de la primavera,
sé piadosa,
que mañana
serás espiga temprana,
prado verde, carne rosa,
y más: razón y locura
y amargura
del querer y no poder
creer, creer y creer!
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.Ya su familia reformó el deseo;
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.
Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos haces unos cobardes, y la ardiente resolución original decae al pálido mirar del pensamiento
Excelente cosa es tener la fuerza de un gigante, pero usar de ella como un gigante es propio de un tirano
Querer es poder.... ¡atrévete a pedir! “QUERER ES PODER" es una máxima que se emplea mucho. Pero ya sabes, mejor tener ser una persona sincera y decir "Querer es un requisito para poder", y es algo que tengo muy claro y por lo que mucha gente me considera uno los mejores conferencistas.
Una de mis conferencias de superación con los estudiantes de la Universidad Amazónica de Pando.
Si querer es poder yo puedo con todo. Sé lo que va a pasar… seguro que sí, seguro que no, que sí, que no... ¿Lanzamos una moneda? ¿De verdad estoy seguro? ¿De verdad que no estoy seguro? Seguro que sí. ¿O quizás no? Mmm… ¿y entonces? ¿Para qué pensar que no? ¡Mejor pensar que sí! Ni idea, oye, que no tengo ni idea. ¿Verdad que sería bueno que fuera que sí? O mejor que no salga ¡y así ya no insisto más! Mmm… ¿pero por qué me como tanto la cabeza? ¡Pero si va a ser que sí! O no… O quizás… Seamos más precisos. ¿Cuánto te apostarías a que lo consigues? ¿Tan poco? ¿O te apostarías la vida? ¿Tanto?¿Tanto? ¿Quienes me alientan para darle sentido a mi vida?
Por más que te lo haya dicho un conferenciante el poder de querer, mejor no apostar nada, ¿no? ¿Y si finalmente no sale? ¿Y si lo pierdo todo? ¿Pero para qué voy a apostar por algo que voy a perder fijo? Pero seguro que gano, ¿no? No sé, empiezo a dudar. ¿Pero cómo voy a dudar de algo tan obvio? ¿Y si ocurre algo que no había planificado?
STOP Inventing. Mejor apaga la cabeza e intenta ser más objetivo. Lista todo lo bueno y malo que pueda ocurrir y asigna a una probabilidad de que pase (por ejemplo alta=1, media=0, baja=-1). Luego suma ambas columnas y pondrás sobre el papel una cifra que tiene que servirte para saber si puede pasar (valor alto en positivo), o no (valor en negativo). Si acaba saliendo un cero, es normal que haya muchas dudas, así que realiza algún apoyo adicional para que pase sin problemas. Así serás un poco más objetivo, aunque recuerda que quizás te equivoques, y tengas que afinar mejor la próxima vez (y tendrás que saber perdonar errores). Pero darle vueltas a la cabeza… sólo es un gasto de energía.
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