Llegó el fin del mundo, o el comienzo según se mire. Llegó una nueva era, o una renovación según se mire. Llegó el momento de dejar la queja a un lado, o empezar a moverse según se mire. Personalmente creo que podemos descubrir muchas cosas nuevas a partir de ahora, porque sólo ha salido la punta del iceberg del caduco capitalismo en el que llevamos siglos funcionando. Si se dan cuenta, el centro del mundo ya no son los países, ni las personas, ni el conocimiento. El centro del mundo es el dinero, que lo mueve todo a una velocidad supersónica.
Cada persona tiene que ver qué aprendizaje tiene con el dinero. Algunos necesitan tener millones y millones en el banco, consumir las cosas más caras, comer en los mejores sitios del mundo, pero curiosamente no tienen nadie en quien poder confiar. Otros ya hemos pasado a entender, que cuanto menos tengamos, menos tenemos que mantener y más tiempo tenemos para disfrutar de lo importante (Mújica dixit).
En mi camino, he tenido que encontrar muchas trincheras desagradables, algunas de las cuales me han retenido mucho tiempo. He tenido que aprender que la justicia no existe (al menos en España) y es más que subjetiva; que lo importante no es lo que digan de ti algunas personas, sino lo que sientan la mayoría; que siempre van a existir negocios que engañan a los más honestos y se aprovechan porque no existe justicia alguna; y muchas otras cosas que he podido compartir en mi blog.
Sin duda cada persona tiene lo que se merece, y en mi caso, he recibido un aprendizaje que me prepara para cosas que no se explican en las mejores Universidades del mundo. Y además, he recibido un tesoro llamado Nico y ya estoy deseando ver cómo puedo enseñar a mi hijo a compartir sus cosas. Lo que haga a partir de ahora, ya es otra historia… ¿y tú ya has dejado de sacar punta?
Llegó el fin del mundo, o el comienzo según se mire. Llegó una nueva era, o una renovación según se mire.
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