Hoy se apagó una estrella en el universo: Nelson Mandela, una de las figuras más influyentes del siglo XX, ha dejado un legado que trasciende fronteras. Dedicó 27 años de su vida a una injusta prisión y, al recuperar la libertad, demostró al mundo que la unión y la reconciliación son más poderosas que el rencor y la venganza.
Como es bien sabido por todos, Mandela luchó por la igualdad, la integridad y la paz, convirtiéndose en símbolo de la liberación de Sudáfrica y de la superación del apartheid. Como todo ser humano, no fue perfecto y seguramente cometió errores. Sin embargo, su capacidad para perdonar y su compromiso con la justicia social lo consolidan como un referente mundial.
Cuando pienso en personas que han transformado la sociedad, recuerdo la figura de Leonardo da Vinci como modelo visionario de la Historia, y en el presente, a personajes a los que he podido admirar en vida:
En el mundo del coaching, es habitual hablar de “cambiar de perspectiva”. Sin embargo, tanto Mandela como estos líderes han demostrado que para cambiar el mundo hay que tomar acción. No basta con desear un futuro mejor: hay que trabajar día a día para construirlo.
Descanse en paz, Nelson Mandela. Tu luz continuará iluminando el camino de quienes creemos en la fuerza de la reconciliación y en el poder de la acción.
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