Las fantasías emocionales son muy divertidas, pero no dejan de ser imaginarias. En redes sociales muchas veces vemos mensajes cortos como estos:
Tweet 1: En esta entrada sólo tengo frases de 140 caracteres para escribir quien soy.Tengo que utilizar las palabras exactas que eviten la confusión.
Tweet 2: En una cuestión muy complicada, porque seguro que alguna frase da a malentendidos,pero quiero esforzarme para que mucha gente me haga un RT.
Tweet 3: Animado de valor, escribo todo con claridad. Es mi única opción para que el mundo entienda quién soy, tanto para lo bueno como para lo malo.
Tweet 4: Además tengo que elegir las palabras adecuadas, para que los buscadores me posicionen correctamente.Importa la posición, no el mensaje en sí.
Tweet 5: ¡Mejor me despierto! Porque quizás en Twitter, en Facebook, TikTok, o en lo que sea, nadie sabrá cómo soy...¡y yo soy de carne y hueso!
¿Les gustó el ejercicio? Los gustos de las personas son variados, pero ¡todos los tweets tienen EXACTAMENTE 140 caracteres! (aunque subieron a 280). Ahora me siento más congruente con el mundo, porque ya me he adaptado a realizar reflexiones de 140 caracteres. Pronto me darán un premio al mejor twittero y pasaré a la historia como el que supo empaquetar su vida en un cacharro informático. Bueno, ahora aumentaron el límite de 140 caracteres a 280 caracteres.
Por favor… ¿podemos abrir los ojos? Soy una persona, y como mucha gente, soy más de lo que aparece en Facebook o Twitter. Entiendo que haya gente obsesionada, tras ver una conferencia, en vender una imagen y que calculan cada coma que escriben. Cada día existen más consultores de imagen que cuidan cada cosa que hacemos y decimos. Soy el primero que puedo dar infinidad de clases sobre comunicación efectiva. Pero me temo que se les ve el plumero a la primera, y se equivocan numerosas veces en cuanto hablan a micrófono abierto (se ven ejemplos muchos días en los medios).
No quiero malentendidos, así que es mejor decirlo... soy una persona, que trabaja en generar un mundo más feliz y que aporta muchas metodologías para que las empresas puedan tener empleados más satisfechos y entregados al trabajo. Pero me temo, para bien o para mal, que también tengo sentimientos y soy una persona que comete errores como todo el mundo. Tengo días, afortunadamente pocos, en los que mi cuerpo no se encuentra animado, días en los que la ira me puede y quiero estrangular a alguna persona (figuradamente), incluso días en los que no entiendo muy bien por qué me he levantado de la cama.
Cuando no conoces a una persona, generamos en nuestra cabeza una fantasía emocional, con la idea de cómo será en la vida real. Según nuestro grado de obsesión, podemos incluso llegar a idealizarla más de la cuenta. Luego todas las personas tenemos cosas maravillosas y algún que otro fallito. Pero eso nos da belleza, y tenemos que entender que aparentar para que nos valoren por lo que no somos, sólo es síntoma de inseguridad. Empieza a aceptar que eres una persona maravillosa y única, con todos tus pequeños fallos. Intenta rodearte de personas que te aporten valor, y deja a un lado todas las relaciones tóxicas que aparezcan en tu vida.
Las fantasías emocionales son divertidas, pero no dejan de ser imaginarias. Pero, ¿qué es racionalizar las emociones?. Muchas veces vemos a alguien en la TV, radio, o leemos su libro, y pensamos cosas que seguramente no son reales. Igualmente podemos recibir una idea de su muro del Facebook, o mirar todo lo que pone en Twitter. Eso no lo es todo. Mejor, no olvides descubrir a la persona que tienes delante. Siente cómo respira, cómo te observa, cómo sonríe, y verás que pasas la mejor velada de tu vida.
Estás vivo, no lo olvides. Es un regalo que nos dieron al nacer.
Esta web usa galletitas