Hoy siempre celebro el aniversario del fatídico accidente que tuve 13 años atrás donde volví a nacer después de pasar varios días en coma tras un brutal atropello por un motorista (hay algunas entradas que hablan sobre esta injusticia). Hoy sería un buen momento para compartir un montón de experiencias y reflexiones… ¡pero el mundo no siempre funciona como quisiéramos! A veces las tonterías más grandes impiden cumplir nuestros sueños más profundos. Así que hoy te quiero pedir perdón.
Te quiero pedir perdón por recordarte muchas veces que el coaching no te va a resolver la vida, sólo es un método que puede apoyarte. Muchos te intentan convencer y te ofrecen coaching para cualquier cosa, y sobre todo para vender y vender los mejores cursos de formación. Perdón si ofendí a alguien que quería seguir soñando.
Te quiero pedir perdón por haberte dicho que no valía para mucho la estadística informativa de lo que hace felices a otros y que lo importante es saber lo que te hace feliz a ti. Creo que muchos estáis esperando una fórmula mágica que os diga cómo ser felices, o que alguien te enseñe a medir la felicidad. Perdón si ofendí a alguien que quería seguir soñando.
Te quiero pedir perdón si alguna vez te hice pensar que este mundo era injusto y que cada vez se reparte peor la riqueza y nos llega a una tercera guerra mundial. No vale para nada mi opinión ni la realidad que muestra la brecha que existe entre ricos y pobres. Creo que tengo que pedirte perdón si aún sigues soñando que todo va a mejorar.
Te quiero pedir perdón por haber sido tan sincero. Ser honesto y directo pensé que ahorraba tiempo y esfuerzo. Pero ahora sé que se valora mucho la habilidad política de decir y hacer lo contrario a lo que se piensa. Pura incongruencia, vamos.
Te quiero pedir perdón si alguna vez te expliqué que quería trabajar por un mundo mejor. Me he creado tantas falsas expectativas que ya ando cansado. Reconozco que con la edad se pierde la pasión que tanto me impulsaba. He llegado a la conclusión que creer en un sueño no es más que un requisito. Que además hace falta dinero y suerte. No pretendo convencerte, ni remotamente se me ocurre. Pero te lo voy a decir desde mi experiencia: perseguir tus sueños no es garantía de éxito.
Por mucho que me guste soñar, para este año he dejado de hacerlo y he puesto los pies en la tierra. Y sea como sea, ¡gracias por acompañarme en mi camino!
Mis anteriores aniversarios:
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