¿Cuba en el candelero? Allí estuvo nuestra viajera Style4Life y nos relata la felicidad en su estado puro! Una Cuba que probablemente cambie en su estilo, pero no en su esencia...
Castrismo, Caribe y son cubano es lo que viene a la cabeza al hablar de Cuba. Si ya conoces la isla, te llenarás de sensaciones al recordarla como me ocurre a mí cuando pienso en las vacaciones que allí pasé. Hay una energía excepcional por encima de todo: los ritmos musicales, ese empeño en subir la temperatura con la música-su timba-, el ambiente festivo por las calles al caer la tarde y la desidia durante los calurosos días. No puedo pensar en Cuba sin que el Chan Chan resuene en mi cabeza
Comenzar el viaje por la Habana es lo habitual. Alojarse en el Gran Hotel Nacional, es una buena elección- patrimonio nacional y declarado monumento de interés-y aún rezuma ese glamour de las décadas 30 a 50. Glamour decadente, testigo del pasado esplendoroso que una vez existió en la isla. A tan sólo unos pasos se encuentra el Malecón, arteria de la ciudad, lugar de encuentro social y lúdico de habaneros. El mestizaje cubano es todo un ejemplo de la buena convivencia racial que se da en el país.
En la capital abunda el personaje ávido de conversación con el forastero, y si éste es español, mejor aún. La mayoría de ellos asegura tener ascendientes asturianos y proliferan los representantes de vendedores de puros-te llevo a casa de mi primo que vende auténticos habanos-. Algunas mujeres se acercan para pedirte pastillas de jabón (de las amenities ofrecidas en los hoteles). Con o sin palabrería, vendedores de puros, o de humo, noto un cariño especial por lo español… ¿añoranza de las raíces patrias? Es fácil conectar con ellos, y con su compadreo. Ese “tumbao”que tienen demuestra que dejarse llevar y dejar hablar al cuerpo es más fácil de lo que creemos.
El Ché y la propaganda del régimen están omnipresentes. Eslóganes como “Venceremos”, o “Vivo en un país libre” son lo normal. Tebeos cuyo protagonista es el comandante Camilo se reparten con naturalidad. Los cubanos se cuidan mucho de hablar de política en público, pero cuando se sinceran lo hacen con el corazón, y sin perder la sonrisa, ni la esperanza de un día poder elegir como quieren que sus vidas sean... ¡Soplan vientos de cambio ahora mismo!
Santiago de Cuba me cautivó. Ciudad más comedida con el extranjero. Se puede comer langosta en algunos de los “paladares” (restaurantes montados por cuenta propia, pero sometidos a limitaciones relativas a la cantidad y tipo de productos, número plazas, mano de obra, etc.), manjar reservado a los turistas, y vedado a los cubanos- o así es cómo ellos lo interpretan. Si se viaja en julio es posible coincidir con el Carnaval santiaguero- celebración al margen del resto de comparsas mundiales. En mi caso llegué al sarao carnavalero a bordo de una tartana ¡sin salpicadero!. Un viaje cualquiera en un coche cubano cincuentero cualquiera. Los compañeros de fiesta: unos espontáneos “palestinos” (apelativo usado para los cubanos de la zona oriental de la isla).
La isla exhibe una rica biodiversidad. No citaré todos los lugares en los que me paré…pero una zona susceptible de paso es la Sierra Maestra al suroeste de la isla- cerca de la nostálgica ciudad de Santa Clara. Puede que durante el trayecto terrestre encuentres mangos peludos (de hilacha) caídos al suelo por sobrepeso. El litoral este de la isla es paradisiaco. Recuerdo con cariño aquellas tardes doradas de risas y cháchara con los vecinos de Santa Lucía. Una de las paisanas nos habla de sus exmaridos y de cómo hay que tratar a los cubanos. Yo escucho tendida en mi hamaca junto al mar, mientras un improvisado amigo trepa por un cocotero para bajarnos la merienda.
Incluso en los pequeños hoteles locales puedes lucir la icónica pulserita Todo incluido. Ojo: no apto para gente exigente. Si un día falta la hierbabuena para el mojito, mejor pídete un daiquiri. Ya llegará la hierbabuena al día siguiente, quizás. Zero stress…
Al anochecer, entre otros muchos planes, puedes estar en la gloria tomando cócteles dentro de la piscina de un hotel. Aunque podrías ver algo turbio en el fondo del agua, y descubrir que son cangrejos gigantes llegados desde la playa como me sucedió a mí. Salir alarmada a contárselo a alguien y que te digan “Ay bueno déjalos ahí que se divieeertan” es… ¡genuinamente cubano!
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Raúl, gracias por tu comentario. No creo que discrepemos mucho en la forma de ver Cuba como estado totalitario. Porque condeno totalmente la dictadura comunista que sufren. Pero el que resalte las cualidades de la población cubana, o lo que me conquistó de la isla, no significa que comulgue en absoluto con dicha forma represiva de gobierno. En este blog (no se si lo sigues) hablo de los viajes desde una dimension algo más literaria, desde una perspectiva de sensaciones y de aprender a ser más agradecidos con lo que tenemos. Para hablar de politica hay muchos otros foros donde estaré encantada de hacer mi crítica. Pero al menos quiero que se sepa también el potencial que tiene ese país y la energía y valor extraordinario por encima de todo de sus gentes. Es más me gustaría que mucha gente que defiende los regímenes comunistas pasara un tiempo en estos países, y no solo de vacaciones. Pues aunque yo sólo he estado de vacaciones (tambien en Rusia y en China) tengo claro que NO quiero eso para España. Pero no dejaré de hablar, a pesar de todo, del ánimo y esperanza que pervive en un país atrapado en el anacronismo de unos cuántos iluminados. Ojalá en breve ellos también puedan acceder sin restricción a google y expresar lo que piensan.
Me gustaría saber si más allá de ese romanticismo tan Europeo con el cual la Sra. Pillareta describe la vida "bucólica" de los cubanos está consciente del pavoroso estado represivo construido por lo que ella de forma tan graciosa menciona como "el Castrismo" para pulverizar toda forma de disidencia en La Isla, si está consciente que las langostas son sólo para los que pagan en dólares mientras que el pueblo está todavía sometido a una ignominiosa tarjeta de racionamiento donde sólo pueden adquirir unas pocas cosas al mes, si está consciente que ese aparato represivo lo han trasladado a Venezuela para contribuir con el gobierno Chavista a llenar las cáeceles de presos políticos a cambio de más de 100.000 barriles diarios que generosamente el Chavismo regala a Cuba. Me gustarïa saber como describiría ella a España bajo un régimen militar represivo, cruel y totalitario como el de Cuba. De promto podría decir que los centollos salen de noche a bailar en la Barceloneta